La ópera más celebrada del compositor austríaco, en una puesta en escénica a cargo de La Fura dels Baus que no les dejará indiferente.
Orfeo y Eurídice [Orfeo ed Euridice], ópera en tres actos del compositor alemán Christoph Willibald Gluck (1714-1787), con libreto en italiano de Raniero di Calzabigi sobre el célebre mito de Orfeo. Se denomina como azione teatrale, esto es, una tipología operística que solía basarse en temática mitológica y que se conforma de arias y coros, además de una profusión notable de ballets. Tuvo su estreno en Viena el 5 de octubre de 1762. Gluck plasma su intención de reformar la ópera, tratando de que la poesía, el lenguaje y la acción dramática reflejaran la sencillez y el poder de la tragedia griega. Orfeo ed Euridice es la primera ópera en la reforma operística de Gluck, que él mismo explica con estas palabras en el prefacio de otra de sus óperas, Alceste: Cuando me dispuse a poner en música la ópera Alceste me propuse evitar todos los excesos que una malentendida vanidad de los cantantes y la excesiva complacencia de los compositores habían introducido en la ópera italiana, transformando el espectáculo más solemne y más bello en el más pesado en el más ridículo; yo intenté reducir la música a su verdadera función, que es la de secundar la poesía para reforzar la expresión de los sentimientos… La música, en la ópera, debe secundar a la poesía en la expresión de los sentimientos y de las situaciones; deben desparecer todos los ornamentos que interrumpen la acción; la obertura debe preparar a los espectadores y resumir por así decirlo, el argumento; el conjunto instrumental debe regularse con arreglo a la pasión nacida de las situaciones; el transito del recitativo al aria no puede suponer una interrupción en la marcha dramática. Mis esfuerzos deben reducirse a conseguir una bella simplicidad. La simplicidad, la verdad y la naturalidad son los grandes principios de lo bello en todas las producciones del arte. Esta ópera es la más popular de las obras de Gluck y una de las más influyentes en la ópera alemana posterior. Pensado originalmente para un libreto en italiano, Orfeo y Eurídice le debe mucho al género de la ópera francesa, particularmente en su uso de recitativos con acompañamiento y una ausencia general de virtuosismo vocal. De hecho, doce años después de su estreno de 1762, el 2 de agosto de 1774, Gluck adaptó la ópera para que acomodara a los gustos del público parisino en la Académie Royale de Musique, sobre un libreto de Pierre-Louis Moline. Este nuevo trabajo en la obra recibió nombre francés, Orphée et Eurydice, y contenía múltiples cambios en el reparto vocal y en la orquestación para adaptarse al gusto francés. Orfeo ed Euridice sigue siendo una de las óperas más populares en la actualidad; apareciendo en las estadísticas de Operabase como la n.º 47 de las cien óperas más representadas en el período 2005-2010, siendo la 11.ª en Alemania y la primera de Gluck.
Esta ópera fue la primera de las de Gluck que mostraba signos de su ambición de reformar la ópera seria. Las arias y coros cerrados en sí mismos son sustituidos por piezas más cortas unidas para formar unidades estructurales más amplias. Es notable la ausencia de arias da capo, que Gluck sustituyó por la forma estrófica y la forma de rondo. También está ausente el tradicional recitativo secco, donde la voz se ve acompañada solo por el bajo continuo. En conjunto, las antiguas convenciones operísticas italianas se abandonan en favor de dotar a la acción fuerza dramática. La complejidad de la historia se ve en gran medida reducida al eliminar subtramas. Gluck se vio influido por el ejemplo de las tragédies en musique francesas, particularmente las de Rameau. Las reformas de Gluck han tenido una influencia significativa a lo largo de la historia de la ópera, puesto que sus ideales influyeron profundamente en obras de Mozart, Wagner o Weber, con la visión Gesamtkunstwerk de Wagner especialmente influida por la de Gluck.
Sinopsis:
Orfeo ed Euridice, de Christoph Williabald Gluck, en puesta en escena única de La Fura dels Baus, con las voces de Anita Rachvelishvili, Maite Alberola y Auxiliadora Toledano, junto a BandArt y el Coro del Palau de la Música Catalana.